Conocer nuestro cuerpo y el de tu pareja se convierte en algo imprescindible, ya que no todos somos iguales. Algo que debe ser respetado por la otra persona, pues pensemos que es un juego de dos y ambos buscamos plenitud total. Primero podemos jugar con rozarlo en nuestra parte trasera para posteriormente llegar a la penetración. Las posturas pueden entrelazarse y cambiarse en un mismo coito, siempre que ya se tenga algo de experiencia para no dar lugar a imprevistos. Por ello, son muchas las parejas que prefieren "sorprenderse" y mantener relaciones en lugares no convencionales. La estimulación de la vagina debe hacerse anteriormente a la penetración. Podemos ayudarnos con los dedos, o con algunos juguetes eróticos, como los consoladores y otros gadgets que facilitan la penetración.