Esta es una buena introducción a un beso francés, donde un compañero besa el labio inferior del otro, mientras el otro besa el labio superior. Puede ser un beso sensual e íntimo, aunque también se puede rozar el hombro con los labios, durante una sesión de caricias. Besarse no es sólo bueno para las emociones de tu corazón, sino como ejercicio cardiovascular. Besar apasionadamente incrementa tus latidos de manera saludable y ayuda a bajar la presión sanguínea. La sangre fluye de una forma firme, dilatando los vasos sanguíneos y llegando a todos tus órganos vitales. Pero la dilatación de los vasos sanguíneos, que te puede brindar besarte, realmente puede ayudarte a mitigar el dolor. Si te sientes estresada, besar o hacer el amor es en verdad el elixir que necesitas para sentirte mejor. Así han pasado unos meses pero el insiste en traerme regalos, venir a ver a los niños y decirles sobre todo a la nena que se quedara en casa a hacer pijamada con ella. He hablado mucho con el para pedirle que no lo haga.
Ahora dejo Génova y me mudo a Siena con el Tano, lo vivo como una segunda oportunidad. Una segunda oportunidad para remediar lo que no me animé a hacer la primera vez. Así puedo ir actualizando la lista a medida que se sumen consejos. Tenés la excusa de hacer otra cosa y al mismo tiempo, sin darse cuenta, conocer a otros.
El hecho de que haya pensado específicamente en ti es lo que hace la diferencia. Él, entre todas las personas del mundo, te tenía en mente cuando decidió comprarte algo, conseguirte algo o hacerte algo. Tal vez se ofrezca a llevarte a casa al final del día. Si, para salvarte, se ofrece a ir contigo, podría ser porque se siente atraído por ti. Los actos de servicio son un gran lenguaje de amor para muchos hombres. Es una forma de demostrarle su valor, su capacidad para cuidar de ti y apoyarte.
No hay forma de que el otro de esa relación sexual se convierta en la representación de un pedazo de carne del cual es sencillo deshacerse una vez concluido el acto. Algo deja siempre ese otro. Un eco que resuena, a veces tímidamente, y que habla de autoafirmación o autonegación, de expectativas y fantasías, de necesidades emocionales y carencias. La amistad con derechos parece ser, especialmente, un recurso extremo del miedo o la desesperación. O de ambas. Por lo general, no resulta. Alguno de los dos sale lastimado o ambos terminan alimentando sus inseguridades y exigiéndose esfuerzos neuróticos que solamente generan o aumentan la confusión.